Cuando en 1895 William Morgan
inventase el voleibol, jamás pudo imaginar el deporte que acaba de crear.
Tampoco la magnitud que alcanzaría en la vida de las personas; ni de lejos, las
opciones que se podrían desarrollar en la búsqueda de ese espectáculo que a la RFEVB
hace referencia cuando define el deporte que abandera.
Por eso, os dejamos esta jugada increíblemente
rápida y llamativa. ¿Qué es hacer una “pipe”? Probablemente, muchos habéis odio hablar ya de esta jugada. Una de las favoritas del voleibol moderno por su
velocidad, explosividad y fuerza, siempre con el fin de sorprender al rival. Válida para
desatascar cualquier encuentro, necesita gran habilidad y un potente salto.
Una vez más, la jugada empieza
con el colocador. En la mayoría de los casos, por convención o por costumbre,
el colocador marcará con el puño cerrado su intención de crear un ataque
zaguero. El entreno hará lo demás. El balón ascenderá en “semi” sobre la cabeza
del central que, siguiendo su movimiento a corta, atraerá para sí el bloqueo
rival, dejando al zaguero entrando por seis solo.
Así pues, la “pipe” es una jugada
de ataque zaguero por seis entrando a “semi” sobre la zona de ataque. Pero, como todo, tiene pequeñas variantes que dependerán del lugar por el que el central salte, dejando más o menos libre el ataque del zaguero.
El colocador sube el balón en "semi" mientras el central entra a corta arrastrando el bloqueo con él.
El central ya ha saltado y el balón pasa su zona de remate esperando la llegada del zaguero.
El zaguero se eleva antes de la línea de ataque con velocidad y potencia para finalizar la jugada.
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